miércoles, 21 de septiembre de 2011

Delincuencia Juvenil “Pan de cada día”

Por Jimmy Calderón Guzmán
En los últimos tiempos la delincuencia juvenil se ha incrementado notoria y alarmantemente en nuestra sociedad, ante nuestras narices, la saboreamos como el “pan de cada día”, limitando el desarrollo normal del país. Dejando de  ser un problema exclusivo de  ciertos lugares como  ocurría años atrás, a ser un  asunto   que genera gran preocupación social en todas las comunidades, tanto por su crecimiento como por su peligrosidad. Ahora no es sólo la amenaza previa, sino los hechos concretos.
La situación de la delincuencia juvenil en el Distrito de San Miguel de Desamparados afirma el agravamiento del estado de inseguridad que mantiene atemorizada  a  toda la comunidad.
Basta con prestar atención a las noticias  policiales de todos los días  y por todos los medios, para demostrar sin mayor esfuerzo, estos sentimientos negativos de que hay situaciones parecidas en otros distritos del país, dándonos cuenta de que no es una situación exclusiva de este pueblo, sino generalizada.
Asimismo, el capitán Solís  de la Delegación Policial de San Miguel, señala: En los primeros dos meses del año 2011 Los delitos que se dieron con  más frecuencia son: Delitos contra la propiedad en la modalidad de asalto con Arma de fuego 14, Robo a Vivienda: 04, Robo de Vehículo: 03 para un total general de 22 delitos en el bimestre, tomando en consideración que éstos son los casos denunciados.
¿Qué nos provocan estos datos?
Estos números no se pueden dejar pasar sobre la conciencia de la sociedad, es un fenómeno que nos lleva a preguntarnos ¿cuáles son las posibles causas para que la edad de la inocencia se convierta en la edad de la delincuencia? ¿Qué se puede hacer para prevenir y corregir este enfermizo comportamiento social?
Se resaltan numerosas respuestas para estas interrogantes, que pretenden dar la solución a largo y corto plazo. En un sondeo dentro del Distrito de San Miguel, ante estas interrogantes algunos expresan  que se trata de la pérdida de valores éticos y morales en la sociedad en que vivimos, otros coinciden que es provocado por   el deterioro y desintegración de la familia, como núcleo social de convivencia. Desde el ámbito religioso, consideran el alejamiento total de los jóvenes al no creer en un ser Supremo, otro  número de personas expresan que estas  consecuencias se dan como resultado de crisis económicas.

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